martes, 26 de febrero de 2008

SAN PEDRO DEL PINATAR/ El juez toma declaración a afectados por la supuesta contaminación de una fábrica

Los vecinos denuncian que los gases tóxicos de la factoría les provocan asma, vómitos y enfermedades, y solicitan que sea clausurada
ALEXIA SALAS/ La Verdad
El aire ha enrarecido la vida de San Pedro del Pinatar. Aire tóxico, según parte de los vecinos. Sin contaminar, defiende la empresa Asfaltos del Sureste, ASSA, que hace funcionar la fábrica de láminas asfálticas y otros productos al oeste del municipio.
La denuncia de la Fiscalía, a instancia de los vecinos afectados, llevó al Juzgado Número 2 de San Javier a reabrir el caso, ya que lo archivó en una primera ocasión, por lo que el proceso judicial se encuentra vivo. El forense ha comenzado a llamar a revisión a unos 10 vecinos, uno de los cuáles acaba de fallecer.
A falta de que el juez dictamine si la fábrica emana sustancias tóxicas que perjudican a los habitantes de la zona, algunos de los afectados describen la vida en el entorno de la industria como un infierno. Pero no sólo allí. El aire no tiene puertas. Según el abogado Ginés Ruiz, que defiende a la Asociación de Vecinos Pinatar Mar Menor, «lo sufren en Los Tárragas y Los Antolinos, en la Loma de Arriba, sobre todo el ruido y el olor, pero en función del aire, también en Pilar de la Horadada, en El Mirador y otras localidades».
La asociación vecinal ha aportado al juez informes médicos que vinculan las patologías, sobre todo respiratorias, que padecen los residentes con la producción industrial de la planta de asfaltos. Uno de los informes médicos recoge «la mejoría considerable, tanto clínica como analíticamente, en la paciente desde que cambió de domicilio, entonces en La Loma», de una niña asmática de 5 años.
«La población general está expuesta a un nivel ambiental promedio de benceno que oscila entre 23 y 30 microgramos por metro cúbico», expone el facultativo.
El informe indica que «la absorción del benceno es sobre todo por vía inhalatoria, aunque también se absorbe por la piel. Su poder cancerígeno está más que demostrado y además su exposición crónica produce de modo selectivo afectación de la médula ósea y pancitopenia o dicho de otra forma, el benceno destruye las células de la sangre sobre todo de aquellas encargadas de defender a nuestro organismo de agresiones externas. No podemos dejar de hablar de la irritación producida tanto en bronquios de grande, mediano y, pequeño calibre así como el aumento de mucosidad o secreciones».
Sobre la incidencia del tóxico en la paciente, asevera que «es evidente que ha constituido un agravante de su enfermedad de base, y por qué no tal vez un desencadenante de crisis continuas de insuficiencia respiratoria y pitos, que nos ha obligado a emplear dosis extra de medicación para el control de su enfermedad mientras ha vivido cercana a la fábrica de láminas asfálticas de San Pedro, así como a recomendar a los progenitores a cambiar su lugar de residencia».
El concejal de Medio Ambiente, José Luís Caravaca, informa de que el teléfono de emergencias 112 recibe al menos dos llamadas a la semana con quejas por el fuerte olor. «Sí, allí huele a asfalto caliente y hay ruido. La empresa debe solucionarlo aunque se demuestre que no es tóxico», asegura el edil.
Casas centenarias
Para el abogado, «la alarma entre los vecinos es comprensible; sólo quieren vivir en sus casas, que se pongan medidas y, si no se puede, que se traslade la fábrica, pues hay residencias al lado que tienen más de 100 años». Tres familias ya se han marchado de la zona, huyendo de los gases, pero «no todos pueden cambiar de casa, como las dos hermanas discapacitadas», recuerda el letrado. «Lo más curioso es que la empresa tiene un premio por no emitir contaminantes», asegura Ruiz.
Los testimonios de enfermedad no son difíciles de encontrar. La madre de dos niños con afecciones respiratorias, M.E.M.M., que vive en el entorno, explica que «cuando viene el olor de la fábrica, empieza en mi casa las toses y las vomiteras». Describe el olor «como si dejaras el gas abierto, como a petróleo quemado, insoportable».
Asegura que el aire viciado llega «todas las noches, que es cuando mi hijo de 5 años tiene las crisis. Los médicos me decían que abriera las ventanas para que el crío respirara, pero empeora, y esto les pasa a todos los niños del barrio; todos andan con aerosoles y asma», explica la vecina, que prefiere no dar su nombre porque «esta gente es muy poderosa».
Según la madre, «en la Unidad medioambiental de la Arrixaca me dijeron que el niño empeoraba por la proximidad de la fábrica. Yo no quiero que los trabajadores pierdan su empleo, sólo que pongan medidas», dice la vecina.

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