Cincuenta comparsas suben el termómetro con un frenesí de baile y música en Cartagena

Cientos de personas llenan las calles del centro y disfrutan con un vistoso desfile de comparsas y chirigotas
PEDRO CONESA/ La Verdad

El carnaval cartagenero desafió ayer al frío y logró transmitir a los ciudadanos el espíritu de estas fiestas. Los plumajes, la purpurina, los disfraces los movimientos de caderas dejaron encantados a los miles de personas que llenaron las calles del centro histórico.

A las seis de la tarde, los integrantes de más de medio centenar de comparsas, grupo de bailes y chirigotas se concentró en la plaza de los Héroes de Cavite. El viento y el frío ya lo notaban en los músculos los festeros sobre todo quienes llevaban disfraces si apenas tela. Daban saltos para hacer tiempo y entrar en calor. E incluso aprovechaban la espera para acercarse al Palacio Consistorial y pedir que se asomaran al balcón las autoridades. Pero fue empezar a desfilar y pasárseles el frío. La música y los aplausos del público fueron mano de santo.

El desfile, que se abrió con nueve camiones de la empresa Tuco Muebles, empezó a las seis de la tarde. Y, aunque estaba previsto que durara unas dos horas y media, lo cierto es que se prolongó muchísimo más. A las nueve de la noche, las comparsas seguían pasando por la plaza del Icue, y el itinerario acababa frente al Instituto Jiménez de la Espada.

Desparpajo, sensualidad y guasa fueron los ingredientes de un pasacalles que a pesar de su duración captó la atención de decenas de cartageneros y visitantes. Todos querían fiesta. Incluida María García, a quien con sólo once meses vistieron de india azteca y llevó en un carrito lleno de mantas su padre, José Andrés García, de la comparsa Los Gnomos, del Estrecho de San Ginés.

Con la samba y otros ritmos tropicales como fondo musical (ayudados por enormes altavoces en esquinas y balcones), los festeros no se dieron tregua. También gozaron e hicieron gozar al público moviéndose al son de tambores, panderetas y otros instrumentos de percusión.

Había más gente desfilando y de público que otros años, y la marcha fue más vistosa. Entre las comparsas había algunas muy exóticas de San Javier, Alcantarilla y otros municipios....Y lo de Hugo Chávez

Todas pusieron un tono profesional a su actuación. Pero entre las que llamaron más la atención estuvo la comparsa de Vista Alegre. Sus componentes, ataviados con banderas españolas, presumían de tener la canción del himno nacional y eran liderados por un imitador del Rey de España y su «enemigo» Hugo Chávez