sábado, 1 de marzo de 2008

Una decena de hosteleros de La Manga rechaza que Costas tire sus locales para hacer un paseo

Medio Ambiente proyecta construir quioscos con terraza frente a la playa de Marchamalo Algunos dueños, como el del restaurante Borsalino, perderían negocios abiertos cuarenta años
JOSÉ ALBERTO GONZÁLEZ/ La Verdad
En algunos casos llevan hasta cuarenta años en La Manga y en pocos meses pueden ver cómo, previa indemnización, les echan abajo sus negocios para construir un paseo marítimo. Una decena de propietarios de restaurantes, pubs, cafeterías y otros locales de ocio en la playa de Marchamalo han puesto en manos de abogados su batalla contra la Demarcación de Costas del Estado en la Región (organismo que pertenece al Ministerio de Medio Ambiente) para que nos les expropien los establecimientos o, al menos, les den una «compensación justa».
Así lo exige Lorenzo Xisou, dueño del restaurante Borsalino, el más conocido de la zona. «En principio, el deslinde del terreno era sólo de 6 metros de tierra y afectaba a las terrazas. Pero luego decidieron expropiar veinte metros y expropiarnos los locales a un precio ridículo, teniendo en cuenta que estamos en primera línea de playa», comentó Xisou.
El proyecto de la Demarcación de Costas, que tiene dos fases (la que afecta a este grupo de locales es la segunda), está presupuestado en 4,91 millones de euros y prevé un paseo paseo marítimo de 744 metros de longitud con ocho palmeras datilíferas, ocho palmitos, once lavapiés, zonas ajardinadas y un aparcamiento para 57 vehículos.
Indemnizaciones bajas
En la zona que actualmente ocupan los restaurantes y bares que está previsto derribar (el centro comercial Babilonia, que tiene 2.700 metros cuadrados), Costas ha proyectado la construcción de varios quioscos con terraza.
Este planteamiento es otro de los motivos de indignación de los hosteleros de la zona, quienes ven una afrenta en que no se respete el servicio de ocio que ya prestan ellos en la zona (en la vertiente mediterránea de La Manga).
«De nuestros negocios viven muchas familias. En verano, en temporada alta, trabajan aquí hasta cien personas entre cocineros, camareros, limpiadoras... No tiene sentido y es jugar con el pan de mucha gente», consideró Lorenzo Xisou.
Los hosteleros han presentado alegaciones al proyecto, que está en la actualidad en periodo de exposición pública en la sede de Costas en Murcia. Su portavoz asegura que incluso se resignarían a la expropiación si en las indemnizaciones se tuviera en cuenta el elevado precio del suelo en primera línea de playa.
Consideran que recibir de 300 a 900 euros por metro cuadrado les haría imposible trasladar sus negocios a otro lugar de similares características.
Chalés y piscinas
Entre las quejas de este grupo de afectados por el proyecto (los dueños de las cafeterías Surfing y Retiro 2, los restaurantes Michelle, Sol y mar, Los Faroles, Borsalino, Gran Borsalino y Columbo -estos dos últimos ahora cerrados- y el pub Pady Wacks) destaca también que el departamento de Costas en la Región quiera ensanchar el paseo en su zona mientras evita derribar edificios grandes situados cerca.
El plan incluye la demolición de varios chalés y piscinas, pero los hosteleros reclaman que el Ministerio reconsidere su decisión de echar abajo sus locales y abrir otros también de hostelería.

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