lunes, 17 de marzo de 2008

CARTAGENA/Miles de devotos esperan a La Piedad

La procesión marraja de esta noche es una de las más populares de la Semana Santa cartagenera Toda la ciudad sale hoy a la calle para presenciar o participar con sus promesas hechas a la virgen
17.03.08 -
ROCÍO GONZÁLEZ/La Verdad
Todo está preparado para que a las nueve de esta noche se abran las puertas de la iglesia de Santa María de Gracia para que los miles de devotos que esperan impacientes en la calle del Aire la llegada del trono de la Virgen de la Piedad puedan acompañar a la llamada por muchos Caridad chica durante la procesión.


La de hoy es la conocida procesión de las promesas de la Santísima Virgen de La Piedad, primera de las que organiza la Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, conocida popularmente como Marraja. Se prevé que como cada año miles de cartageneros sigan los pasos de la talla de José Capuz, que representa el momento en el que la madre recoge en brazos a su hijo a los pies de la cruz.


El ser californio, de Resucitado o del Socorro poco importa en Cartagena en la procesión marraja del Lunes Santo. Y es que en este día, la Santísima Virgen de la Piedad, aún saliendo bajo la bandera de la Cofradía Marraja, consigue unificar a todos los procesionistas, ciudadanos y visitantes en torno a la imagen que representa en las calles de Cartagena a la Patrona de la ciudad.


La procesión está compuesta por el grupo de acompañamiento del sudario de la Cofradía (tercio femenino del Jesús), el tercio de granaderos, el tercio y el trono del Santo Cáliz, el tercio y el trono insignia de Agrupación de la Piedad, el tercio titular de la Agrupación piadosa y el trono de la Virgen llevado a hombros por más de cien portapasos.


Aunque hoy el protagonismo le corresponde a la imagen de la Virgen que, como viene siendo habitual, sustituye la tradicional escolta de granaderos o militares que suelen llevar otros tronos por un sinfín de devotos que descalzos, rezando el rosario o con flores la acompañan cada Lunes Santo.


De traslado a procesión


Todo empezó en 1930 con el traslado de la talla de la virgen desde un almacén que la cofradía tenía en la calle Adarve hasta la iglesia de la calle del Aire. Aunque no fue hasta 1946 cuando los directivos marrajos se percataron del fervor popular que provocaba este singular traslado. Al ir cada vez en aumento el número de devotos seguidores de la misma dio lugar a que el Lunes Santo fuera conocido como la procesión de las promesas.


De hecho, una peculiar tradición pone la nota característica de esta procesión. A parte de que acompañen a la Virgen miles de cartageneros, desde 1947 los portapasos de La Piedad muestran el cariño a su patrona dejándole un ramo de flores.


Cuando la procesión llega a la Serreta, los portapasos toman un pequeño respiro al llegar a la puerta de la iglesia de La Caridad. Allí vuelven el trono hacia el altar de la Patrona y le cantan a ambas vírgenes la Salve cartagenera. Después depositan un ramo de rosas negras a los pies de la Patrona de la ciudad, una tradición muy arraigada en la procesión de las promesas desde hace más de cinco décadas.


En esta noche, uno de los cambios que experimentará la procesión es que hará su último tramo antes de entrar a la iglesia por la calle Jara, en lugar de por San Miguel. Las obras de rehabilitación de Santa María de Gracia y las medidas de seguridad obligan a hacer ese cambio, que alargará el recorrido en 150 metros y que permitirá al trono de la Virgen pasar ante la sede de la Cofradía Marraja. Poco después de la medianoche, miles de cartageneros abarrotarán toda la calle del Aire para cantar la Salve más emotiva de toda la Semana Santa. Son momentos en los que las emociones y las lágrimas afloran a los rostros de todas las personas que han dejado su plegaria a la Virgen de la Caridad.





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