martes, 22 de enero de 2008

CARTAGENA/ Las grietas en dos edificios del Paseo se agrandan más y obligan a desalojar uno de los comercios afectados

Urbanismo cierra varias dependencias tras comprobar los riesgos para la seguridad de vecinos y empleados Los residentes insisten en culpar a una constructora y ésta achaca los desperfectos a la rotura de una tubería
PEDRO CONESA/ La Verdad
Los vecinos y comerciantes de dos edificios del Paseo de Alfonso XIII siguen con el miedo en el cuerpo. Desde hace unos días han visto como sus casas y sus comercios se han llenado de grietas y muestran su preocupación ante el riesgo de derrumbe. Ayer, los bomberos remitieron a Urbanismo el informe técnico sobre la situación de los dos inmuebles, en el que viven más de treinta familias, y precintaron varias dependencias de uno de los locales comerciales para evitar daños a personas. Los vecinos achacan las grietas, que en algunos casos llegan hasta los cinco centímetros y se han ido agrandando con el paso de los días, al movimiento de tierras para construir un aparcamiento y un edificio en un solar anexo situado en la calle Ángel Bruna. Hoy se conocerán las conclusiones del informe de los técnicos municipales sobre los inmuebles. Lo fundamental será conocer si la estructura ha sufrido daños.


Pero las consecuencias ya se han dejado notar en los comercios de los números 26 y 28 del Paseo. Uno de esos establacecimientos pertenece a la empresa Ibermutuamur. Su responsable, Diego Illán, anunció que el negocio se trasladará de manera «inminente» del edificio. Desde el viernes, cinco habitaciones están llenas de grietas, algunas de casi cinco centímetros, y con los suelos inclinados. Los empleados dicen que las ranuras aumentan cada día.


El suelo cruje


«Nos trasladamos. Tenemos dos despachos médicos y tres cuartos de baños que están llenos de grietas y se han inclinado más que el viernes. Esta mañana [por ayer] hemos escuchado un crujido y nos vamos a otro local. Lo hacemos por seguridad», explicó el responsable de Ibermutuamur, Diego Illán. Un piso más arriba, María Meseguer, propietaria de un salón de belleza mostró su preocupación: «Han venido unos señores y nos han dicho que no salgamos al balcón para prevenir posibles desprendimientos. Tenemos miedo», señaló la empresaria.


Media docena de empleados de la empresa constructora responsable de las obras, Ediris, se presentaron ayer por la mañana en las viviendas y locales comerciales para reparar todos los daños. Mientras instalaban los testigos de seguridad (dispositivo para determinar si hay más corrimientos de tierra), los técnicos de Urbanismo lo impidieron y sellaron toda la zona ante el peligro de derrumbe hasta conocer más datos. Un portavoz municipal indico que se ha precintado la zona afectada como medida preventiva hasta que se conozca los resultados de los técnicos. Cuando ocurra, «se actuará en consecuencia», aseguraró la portavoz.


«El edificio está perfecto. La parte trasera de los locales tiene una cimentación distinta a la del inmueble. Es la parte afectada. Se debe a la rotura de una tubería de agua que ha provocado un blandón y ha cedido la parte trasera de la mutua. No es responsabilidad de las obras porque se ha estado una semana sin excavar», explicó un portavoz autorizado de la empresa. Las maquinas no excavaron ayer.


«Queremos crear una plataforma para unirnos e intentar que pagen por lo que han hecho. Contrataremos aun abogado», explicó la portavoz del edificio número 26 del Paseo, Concepción Sala.

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