El fuerte viento reinante por la tarde en la zona obligó a los socorristas a prohibir el baño en las playas del Galúa, Las Sirenas, Entremares, Cabo de Palos y Calblanque para extremar la precaución y evitar situaciones de peligro por el fuerte oleaje. Aún son muchos los veraneante que se saltan la prohibiciones y los vigilantes de Protección Civil se ven obligados a requerir la presencia de la Policía Local para que sus agentes apliquen la nueva ordenanza que castiga con multas de hasta 1.500 euros a quien pone en peligro vidas por no respetar las señales de peligro de las playas. Aun así, los socorristas dicen que la situación ha mejorado respecto a semanas anteriores.
El Ayuntamiento de Cartagena ha tramitado desde que comenzó el verano más de una decena de denuncias a bañistas que han ninguneado las advertencias de los socorristas.
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