CARTAGENA

El proyecto de 1.800 pisos para jóvenes volverá a retrasarse al menos 18 meses
Una norma europea obliga al Ayuntamiento a hacer una evaluación de impacto ambiental Las obras de 400 casas debían haber empezado hace dos dos años en Molinos Marfagones
JOSÉ ALBERTO GONZÁLEZ/CARTAGENA/La Verdad

Fue el eterno proyecto municipal en la legislatura pasada (2003-2007) y puede convertirse en un dolor de cabeza permanente para el equipo de gobierno a poco que haya alegaciones de vecinos o trabas de otras administraciones y los trámites burocráticos se retrasen más de lo que, a día de hoy, calculan en el Ayuntamiento. Se trata del plan para construir 1.800 viviendas de protección pública para jóvenes en Molinos Marfagones, cuyas obras debían haber empezado hace dos años y, como mínimo, se retrasarán otro año y medio. Es decir, que los albañiles no pondrán los ladrillos de la primera fase (unos 400 pisos) hasta primeros del año 2009.

El proyecto, que se había enquistado al final del anterior mandato del PP, parecía encarrilado después de que la Comunidad Autónoma accedió a la petición del gobierno de Cartagena: eliminar la obligación de que el 25% del suelo para esta promoción se destinara a uso hotelero.

Sin embargo, la tramitación urbanística debe superar ahora una exigencia del Gobierno español, cuyo Ministerio de Medio Ambiente ha tenido que adoptar una directiva europea sobre el impacto del urbanismo en el entorno. La consecuencia es que las autoridades locales deberán presentar una Evaluación Ambiental Estratégica, un informe donde deberán acreditar que su proyecto no supone un grave daño para la zona natural donde se llevará a cabo.

La Concejalía de Urbanismo, que aún debe superar otro requisito, el llamado plan de impacto territorial, va a pedir a la Comunidad que le exima de realizar esa evaluación. «Estamos confiados en que la Comunidad diga que el proyecto no supone ningún impacto ambiental», afirmó ayer el portavoz del gobierno municipal, Joaquín Segado.

Bodas retrasadas

La ley obliga a que los resultados de esa evaluación ambiental estén en exposición pública durante un plazo de seis meses, de cara a permitir alegaciones. El gobierno municipal quiere convencer con informes propios a la Comunidad de que la zona donde edificarán los bloques (la finca Buenos Aires) no ocupa una superficie de alto valor ecológico ni el proyecto es agresivo para el medio ambiente.

En todo caso, el Ayuntamiento debe resolver también otros pasos de la tramitación urbanística, como la aprobación del plan parcial y el proyecto de urbanización, que deben pasar por el Pleno. Esto último no es un verdadero problema, puesto que el PP gobierna con mayoría absoluta. Para el ejecutivo de la alcaldesa, Pilar Barreiro, el verdadero obstáculo es el de los plazos y la intervención de otras administraciones. Al menos, eso entiende el concejal de Urbanismo, Agustín Guillén, que defiende la gestión del gobierno local: «La tramitación de este plan va mucho más rápida que otros proyectos. Lo que ocurre es que hay muchas administraciones y organismos que deben emitir informes. Estamos haciendo todo lo posible para que el proyecto salga cuanto antes, pero son muchos los requisitos legales que hay que cumplir», aseguró el edil.

De forma paralela a la gestión urbanística, el consistorio preparará a través de una comisión las bases para la adjudicación de las viviendas, que al final será por sorteo. Esta comisión estará formada por representantes de los tres partidos políticos con grupo municipal y las entidades financieras que participan en el plan.

El proyecto despertó mucho interés entre los jóvenes de Cartagena, algunos de los cuales en su día llegaron a retrasar sus planes de boda con la esperanza de que la adjudicación de los pisos no se demorara en exceso.

El objetivo es que opten jóvenes de 18 a 35 años empadronados en Cartagena, sin casa en propiedad y con ingresos inferiores a 5,5 veces el salario mínimo interprofesional. Los pisos tendrán 80 ó 90 metros cuadrados, dos o tres dormitorios, trastero y garaje.