El aeropuerto trata de agilizar las obras tras garantizar la financiación
07.12.09 - 00:30 -
J. MOLLEJO MURCIA. / la Verdad
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J. MOLLEJO MURCIA. / la Verdad
Sobre la planicie del Campo de Murcia se yergue en medio de la nada el esqueleto de un gigante. Apenas muestra signos vitales, pero si se observa con atención se aprecian organismos de color verde reflectante pululando en su interior. Las instalaciones del nuevo aeropuerto internacional de la Región de Murcia, a un año del plazo previsto para su conclusión, se ven desangeladas en la llanura que rompe la Sierra de Carrascoy, pero ya son perfectamente reconocibles todos los elementos de la futura terminal de pasajeros, la torre de control, la pista y hasta algunos de los accesos, de cuya construcción se encarga la Comunidad Autónoma.
Vistas con perspectiva, las cinco grandes grúas que jalonan las obras parecen los hilos que sostienen a unas marionetas descarnadas. A finales de noviembre, cuando La Verdad visitó las obras, daba la impresión de que los trabajos se desarrollan a medio gas. Una veintena de personas instalan las estructuras metálicas sobre las que en enero se situará la enorme cubierta de aluminio. Algunos obreros más están ocupados en la rampa de acceso al sótano, pero no hay actividad ni en la torre de control ni en las pistas, de lo que se aprovechan un grupo de perdices y un par de liebres que campan a sus anchas entre la maleza.
Más movimiento se aprecia en el enlace al aeropuerto desde la carretera MU-601, que une Corvera y Fuente Álamo, donde se ha construido una gran rotonda desde la que parte la vía de entrada a las instalaciones aeroportuarias.
La financiación
Los problemas de financiación que atravesó la concesionaria del aeropuerto, un grupo empresarial liderado por Sacyr, redujeron el ritmo de las obras. Comenzaron en el verano de 2008 y lo realizado hasta ahora ha sido posible gracias a la aportación de los socios y a un crédito puente facilitado por Cajamurcia y CAM. La concesionaria precisaba de un préstamo de unos 200 millones de euros para concluir las obras, y el aval concedido por la Comunidad Autónoma le ha permitido cerrarlo con un grupo bancos.
El objetivo ahora, una vez asegurada la financiación, es agilizar las obras para concluirlas a finales de 2010, según el plazo inicialmente previsto, lo que supone todo un reto.
La pista, de más de tres kilómetros de longitud y medio metro de grosor de aglomerado, será una de las últimos elementos en construirse debido a que es también de los más sencillos. Sin embargo, de la terminal y de la torre de control, una vez terminada su estructura, queda lo más laborioso y complejo. Incluso cuando todo esté concluido serán necesarios varios meses de pruebas para calibrar los sistemas de navegación y certificar el buen funcionamiento de todos los componentes.
La espera mecerá la pena si se cumplen las previsiones del Gobierno regional, principal impulsor de la obra. La inversión total superará los 260 millones de euros y se calcula que permitirá crear unos 20.000 empleos, entre directos e indirectos, durante su construcción y explotación. Se prevé que en el primer año de funcionamiento alcanzará los tres millones de pasajeros, con diez operaciones aéreas a la hora.
La Comunidad Autónoma confía en que la actividad económica que genere llegue a representar hasta el 8% del PIB regional e incluso que se triplique el número de turistas que visiten la Región de Murcia. Todo un revulsivo para la profunda y persistente crisis asola la economía murciana.
Puertas de embarque
A pesar de la lentitud, los avances son significativos desde la última vez que La Verdad público imágenes de las obras, a comienzos del pasado verano. La estructura de hormigón de la torre de control está terminada, así como la de la terminal, a cuyo bloque central le ha crecido la parte frontal de 320 metros de longitud donde se encuentran las nueve puertas de embarque y las rampas de acceso de los pasajeros.
Al mismo tiempo se trabaja en el soterramiento de las tres líneas de marcos de hormigón (2.500 metros de longitud en total) que atraviesan la pista y que servirán para recoger las aguas pluviales.
En el suelo de la planta baja de la terminal, que acogerá el vestíbulo de entrada, los mostradores de facturación y los hipódromos para la recogida de equipajes, se ven una docena de muestras de baldosas de varios tamaños y colores, esperando que el arquitecto elija las más idóneas para enlosar la terminal.
En la primera planta, que ocupará la zona comercial y de embarque, una veintena de operarios ensamblan las estructuras metálicas que soportarán la cubierta, cuya instalación está previsto iniciar a finales de enero. Por razones de seguridad, según la constructora, hasta que no se cubra la terminal no empezarán a trabajar en su interior los técnicos de los diferentes oficios.
Vistas con perspectiva, las cinco grandes grúas que jalonan las obras parecen los hilos que sostienen a unas marionetas descarnadas. A finales de noviembre, cuando La Verdad visitó las obras, daba la impresión de que los trabajos se desarrollan a medio gas. Una veintena de personas instalan las estructuras metálicas sobre las que en enero se situará la enorme cubierta de aluminio. Algunos obreros más están ocupados en la rampa de acceso al sótano, pero no hay actividad ni en la torre de control ni en las pistas, de lo que se aprovechan un grupo de perdices y un par de liebres que campan a sus anchas entre la maleza.
Más movimiento se aprecia en el enlace al aeropuerto desde la carretera MU-601, que une Corvera y Fuente Álamo, donde se ha construido una gran rotonda desde la que parte la vía de entrada a las instalaciones aeroportuarias.
La financiación
Los problemas de financiación que atravesó la concesionaria del aeropuerto, un grupo empresarial liderado por Sacyr, redujeron el ritmo de las obras. Comenzaron en el verano de 2008 y lo realizado hasta ahora ha sido posible gracias a la aportación de los socios y a un crédito puente facilitado por Cajamurcia y CAM. La concesionaria precisaba de un préstamo de unos 200 millones de euros para concluir las obras, y el aval concedido por la Comunidad Autónoma le ha permitido cerrarlo con un grupo bancos.
El objetivo ahora, una vez asegurada la financiación, es agilizar las obras para concluirlas a finales de 2010, según el plazo inicialmente previsto, lo que supone todo un reto.
La pista, de más de tres kilómetros de longitud y medio metro de grosor de aglomerado, será una de las últimos elementos en construirse debido a que es también de los más sencillos. Sin embargo, de la terminal y de la torre de control, una vez terminada su estructura, queda lo más laborioso y complejo. Incluso cuando todo esté concluido serán necesarios varios meses de pruebas para calibrar los sistemas de navegación y certificar el buen funcionamiento de todos los componentes.
La espera mecerá la pena si se cumplen las previsiones del Gobierno regional, principal impulsor de la obra. La inversión total superará los 260 millones de euros y se calcula que permitirá crear unos 20.000 empleos, entre directos e indirectos, durante su construcción y explotación. Se prevé que en el primer año de funcionamiento alcanzará los tres millones de pasajeros, con diez operaciones aéreas a la hora.
La Comunidad Autónoma confía en que la actividad económica que genere llegue a representar hasta el 8% del PIB regional e incluso que se triplique el número de turistas que visiten la Región de Murcia. Todo un revulsivo para la profunda y persistente crisis asola la economía murciana.
Puertas de embarque
A pesar de la lentitud, los avances son significativos desde la última vez que La Verdad público imágenes de las obras, a comienzos del pasado verano. La estructura de hormigón de la torre de control está terminada, así como la de la terminal, a cuyo bloque central le ha crecido la parte frontal de 320 metros de longitud donde se encuentran las nueve puertas de embarque y las rampas de acceso de los pasajeros.
Al mismo tiempo se trabaja en el soterramiento de las tres líneas de marcos de hormigón (2.500 metros de longitud en total) que atraviesan la pista y que servirán para recoger las aguas pluviales.
En el suelo de la planta baja de la terminal, que acogerá el vestíbulo de entrada, los mostradores de facturación y los hipódromos para la recogida de equipajes, se ven una docena de muestras de baldosas de varios tamaños y colores, esperando que el arquitecto elija las más idóneas para enlosar la terminal.
En la primera planta, que ocupará la zona comercial y de embarque, una veintena de operarios ensamblan las estructuras metálicas que soportarán la cubierta, cuya instalación está previsto iniciar a finales de enero. Por razones de seguridad, según la constructora, hasta que no se cubra la terminal no empezarán a trabajar en su interior los técnicos de los diferentes oficios.
EL PROYECTO EN DATOS
Principio y fin. Las obras se iniciaron en julio de 2008 y se prevé que acaben a finales de 2010.
Inversión y concesión. La inversión prevista en la construcción ronda los 260 millones de euros y la concesión de su explotación al grupo que lidera Sacyr es por 40 años.
Pista y plataforma. Longitud de 3.000 metros y 60 m. de ancho. La plataforma tiene un área de 80.00 m2.
Torre de control. 34,75 m. de altura. El fuste de la torre es de hormigón visto y el fanal albergará 3/4 puestos de controladores. Posee un edificio anexo para los equipos y zona de navegación aérea.
Terminal de pasajeros. La superficie total es de 37.000 m2. Tiene nueve puertas de embarque. La fachada es aluminio y vidrio y en su parte frontal tendrá 320 m. de longitud. El edificio consta de cinco plantas: 1. Sotano: 4.500 m2 de superficie y cota -5,6 m. (aljibe de un millón de litros de agua, grupos electrógenos, zona de abastecimiento y para el personal). 2. Planta baja: Vestíbulo, mostradores de facturación, oficinas y recogida de equipajes. 3. Planta media: Cota 3,5 m. (seguridad, control de pasajeros y pasaportes, llegada de pasajeros y oficinas). 4. Primera planta: Cota 7 m. (zona comercial y puertas de embarque). 5. Planta cubierta: Cota 13 m. La cubierta será de aluminio e incluye las instalaciones de climatización.
Materiales. El forjado del sótano está formado por placas alveolares de 12 m. de largo. El volumen de hormigón empleado en la estructura de la terminal es de 25.000 m3. La estructura de hormigón está compuesta por 1.300.000 kilogramos de acero corrugado. La estructura que soporta la cubierta es de acero laminado y pesa 1,5 millones de kilogramos.
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