CARTAGENA/ Tres ladrones escapan dos veces de la Guardia Civil tras llevarse de noche un cajero con un camión

Reventaron la rueda de un Audi robado que llevaban de apoyo
14.06.08 -
J. A. GONZÁLEZ/ La Verdad

De película. Otra vez de película. Las bandas de ladrones llegados del Este de Europa y afincadas en Alicante siguen causando estragos en Cartagena aprovechando la cercanía y las buenas conexiones por carretera.

En la madrugada de ayer viernes, tres cacos se llevaron el cajero automático de la sucursal de Cajamar en Vista Alegre y lograron huir de la Guardia Civil tras dos espectaculares persecuciones por vías y caminos rurales.

Los delincuentes llegaron hacia las dos de la madrugada a la sede de la citada entidad en un camión-pluma y un Audi 80 gris que habían robado previamente en San Miguel de Salinas (Alicante). A éste último le habían colocado la matrícula de un Ford Focus cuyas placas también sustrajeron en San Javier.

Rápidamente, engancharon con la pluma el cajero, lo arrancaron de la pared y lo subieron al camión. Cuando escapaban del pueblo, una patrulla de la Benemérita les sorprendió e inició una persecución a toda velocidad en la que cruzaron Los Camachos y Los Beatos.

Los cacos escaparon, pero según fuentes policiales una patrulla del cuartel de El Algar que estaba vigilante los vio e inició la segunda persecución.

En medio de su frenética huida, el conductor del camión chocó contra el Audi 80 cuando éste, que iba delante, frenó un poco. Como consecuencia del golpe, una de las ruedas traseras del Audi reventó. Lejos de amilanarse, los tres siguieron su huida después de que el conductor bajó del camión y se montó en el coche. Al final, entre una humareda negra ocasionada por el roce del neumático con la calzada, la patrulla perdió de vista a los delincuentes.

A toda pastilla

Los agentes lograron recuperar la furgoneta, pero al cierre de esta edición aún no habían localizado el cajero. Sólo tenían la caja que recubre éste. Estaba llena de una tinta que sale al activarse un mecanismo antirrobo con el objetivo de manchar los billetes y dejarlos inservibles. Aunque se desconoce la cantidad de dinero que tenía el cajero, según las fuentes consultadas podrían ser 6.000 euros.