El presidente de la Comunidad Autónoma pone al municipio como «ejemplo de vivencia religiosa»JOSÉ A. PÉREZ LA UNIÓN/ la Verdad
Como persona que se declara profundamente católica, Ramón Luis Valcárcel concentró lo más granado de su pregón en la faceta religiosa, dejando como aledaño el enraizamiento cultural que posee toda manifestación de Semana Santa, cualesquiera que sean sus localizaciones por toda la geografía española.
Aludió a una singular y tradicional Semana Santa Minera, en la que saetas y marchas procesionales impregnan el sentir de los unionenses y de quienes de fuera de la localidad «compartimos esta expresión de fe que se reafirma cada año», dijo Valcárcel. Tanto es así, que el jefe del Ejecutivo Regional puso a La Unión como ejemplo de vivencia religiosa de su Semana Grande: «Dará ejemplo de devoción, de amor a Cristo. Será fiel transmisor de su mensaje ante los hombres, de un mensaje que sigue vivo, más vivo que nunca, y que se hace patente en los primeros días de la primavera».
Realizó un repaso por cada uno de esos «mágicos y sentidos» momentos que viven cofradías y nazarenos, herederos de los mineros. Así, dijo: «Tened la plena conciencia de aquellos unionenses que bajaron a la mina bajo el amparo de un Cristo, su Cristo de los Mineros, y que hoy siguen presentes de algún modo en estos días que, un año más, os disponéis a vivir con intensidad y con fervor».
Aludió a una singular y tradicional Semana Santa Minera, en la que saetas y marchas procesionales impregnan el sentir de los unionenses y de quienes de fuera de la localidad «compartimos esta expresión de fe que se reafirma cada año», dijo Valcárcel. Tanto es así, que el jefe del Ejecutivo Regional puso a La Unión como ejemplo de vivencia religiosa de su Semana Grande: «Dará ejemplo de devoción, de amor a Cristo. Será fiel transmisor de su mensaje ante los hombres, de un mensaje que sigue vivo, más vivo que nunca, y que se hace patente en los primeros días de la primavera».
Realizó un repaso por cada uno de esos «mágicos y sentidos» momentos que viven cofradías y nazarenos, herederos de los mineros. Así, dijo: «Tened la plena conciencia de aquellos unionenses que bajaron a la mina bajo el amparo de un Cristo, su Cristo de los Mineros, y que hoy siguen presentes de algún modo en estos días que, un año más, os disponéis a vivir con intensidad y con fervor».
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