lunes, 2 de febrero de 2009

Nadal hace historia en Melbourne

La Verdad
Cuarenta y un años después de que un español luchase por primera vez por ganar el Abierto de Australia, y doce desde que el último de ellos tuvo esa opción, Rafael Nadal ha cerrado una de las pocas conquistas que quedaban al tenis hispano al derrotar al suizo Roger Federer en Melbourne y hacerse con su sexto título del Grand Slam.
Nadal se ha impuesto a Federer por 7-5, 3-6, 7-6 (3), 3-6 y 6-2 en cuatro horas y 23 minutos para destrozar a Federer, quien ha roto a llorar en la entrega de trofeos y no ha sido capaz de articular palabra, hasta en un segundo intento minutos después, en el que también ha tenido que detenerse porque su garganta no le daba aliento. "Rafa, tú lo mereciste, fantástica final y gran temporada el pasado año", ha dicho entre sollozos.
Rafa le ha abrazado y luego le ha dedicado lo mejor de su discurso. "Lo siento por hoy". "Sé realmente lo que siente y lo duro que es, pero tú eres el mejor de la historia y seguro que igualarás los 14 de Sampras. Me encanta jugar contra ti y te deseo lo mejor para el resto de la temporada. Recibir el trofeo de manos de Rod Laver es un sueño para mí", ha expresado entre los aplausos del público el español.
Nadal ha ganado como auténtico número uno del mundo que es, sufriendo en la pista, sobreponiéndose al dolor y dosificando sus energías después de la épica batalla que libró contra su compatriota Fernando Verdasco en semifinales. En esa ronda sufrió durante cinco horas y 14 minutos, en el partido más largo en la historia de este Abierto. Ha tenido después la fortaleza mental y física para vencer al suizo al límite de sus fuerzas con una sangre fría espectacular. En dos partidos, con día y medio de descanso, ha sumado más de nueve horas y media de lucha. Ésa es su gloria.
Adiós a la maldición
El español, que ya evitó que Federer rompiera el récord de Bjorn Borg de cinco títulos de Wimbledon ganados consecutivamente en el último duelo en el All England Club el año pasado, en el considerado mejor partido de la historia y el más largo de los anales allí, ha hecho naufragar de nuevo a Roger, que buscaba igualar los 14 grandes del estadounidense Pete Sampras y que tenía a su ídolo, Rod Laver, sentado en el palco esperando su victoria.
Esta vez no ha sido una derecha de Federer a la red la que le ha dado el triunfo como en Londres, sino una larga al fondo, a la tercera bola de partido, tras la que Nadal se ha tumbado de espaldas en la pista azul de la Rod Laver Arena tras vencer al tricampeón de este torneo. Ahí conseguía ese anhelado triunfo, y todo esto jugando en pista dura, donde a Nadal le faltaba un grande para ser todavía más número uno, un puesto que asegura más ahora con casi 3.000 puntos, convirtiéndose en el primer zurdo que triunfa aquí desde el checo Pter Korda en 1998.
La barrera que no traspasaron Juan Gisbert (1968), Andrés Gimeno (1969) y Carlos Moyá (1997) en el cuadro masculino, ni Arantxa Sánchez (1994-95) y Conchita Martínez (1998) en el femenino, se la ha saltado el de Manacor para acabar con esa maldición en Australia.
Gimeno ha sido uno de los primeros en acercarse y felicitar al campeón. "Muchas gracias, me has hecho sentir orgulloso, pero qué mal lo he pasado, hijo", le ha dicho. Luego, Laver y John Newcombe estrecharon la mano vencedora, y ha sido la leyenda viviente, Laver, el único hombre que ha sido capaz de reunir dos veces el Grand Slam quien ha entregado la copa al campeón.
Apoyo del público
El zurdo mallorquín se ha superado a sí mismo para lograr su título número 32, el primero del año y cambiar de registro. Ahora, con la experiencia de sus cuatro triunfos de Roland Garros y uno de Wimbledon, su mentalidad puede encaminarse a otra conquista, la del verdadero Grand Slam, si es capaz de vencer en Flushing Meadows donde el año pasado fue semifinalista.
El público de la central, los 15.000 espectadores que han llenado este recinto, han bramado con el triunfo de Rafa, quien con una entrega encomiable les ha dedicado la victoria. Así el español ha ganado el primer set en 59 minutos, después de ir perdiendo 4-2, rompiendo a su rival en el undécimo y cerrando con un genial punto desde el fondo. En el segundo ha tenido opciones, cuando tras robar el saque se ha colocado con 3-2 y servicio y 30-30, pero Federer, en una gran reacción, ha ganado cuatro juegos seguidos que hicieron mella en Nadal.
En el tercero el español ha seguido a remolque, remando ante un Federer lanzado. Pero ha sido capaz de levantar un 0-40 en el noveno y otros tres puntos de rotura en el undécimo. En esas seis defensas se ha afianzado Rafa para disponer de un punto de set a favor en el duodécimo que se le ha escapado por poco. No obstante, en el desempate, el español ha mantenido la cabeza fría para ganarlo y resistir adelante.
Federer se ha puesto por delante en el cuarto con 2-0, pero Nadal ha quebrado a continuación sin importarle demasiado. Luego en el sexto, tras haber dispuesto de cinco oportunidades para romper, ha cedido su saque (4-2) y la cuarta manga. Cualquiera se hubiera hundido, pero no Nadal.
Después de tres horas y 49 minutos de lucha extenuante, con ambos entregados, sin bajar la guardia, Nadal ha sido un coloso en el quinto parcial, el que decide al auténtico campeón. Pocos jugadores hubieran resistido tanta presión, más después de su desgaste en semifinales. Pero el de Manacor ha quebrado en el cuarto juego (3-1) y ahí ha visto el triunfo cerca. Ha sido a la tercera bola de partido cuando Federer comprobaba en sus carnes que una vez más no podía con el fenómeno español. De ahí su llanto.

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