lunes, 8 de septiembre de 2008

Un 21,2% de la población murciana se encuentra en situación de pobreza, la mayor cifra de España


La Región fue una de las autonomías donde vive más gente con ingresos por debajo de los 6.000 euros anuales, junto a Canarias, La Rioja y Castilla y León
08.09.08 - 17:02 -
EP MADRID / MURCIA/ La Verdad
La Región de Murcia poseee un 21,2 por ciento de su población vive por encima del umbral de la pobreza, el mayor porcentaje de España, por encima de la media estatal que en 2006 se situó en el 19,9 por ciento de la población. Asimismo, la Región fue una de las autonomías donde vive más gente con ingresos por debajo de los 6.000 euros anuales, junto a Canarias, La Rioja y Castilla y León.
Así consta en el Informe de la Inclusión Social 2008 de la Obra Social de Caixa Catalunya, elaborado por un equipo de investigadores del Instituto de Infancia y Mundo Urbano (CIIMU), dirigido por Pau Marí-Klose, de la Universidad de Barcelona, y coordinado por la directora del CIIMU, Carme Gómez-Granell.
Así, la Región de Murcia quedó por encima de Casilla León (21,1 por ciento), a Rioja (20,4 por ciento), y Canarias (20,3 por ciento), que vivirían por encima del umbral de la pobreza, superando incluso la media estatal que en 2006 hacía referencia a un 19,9% de la población.
Por el contrario, Cantabria (14,2 por ciento), Asturias (16,8 por ciento), Comunidad Valenciana (16,8 por ciento), Aragón (17,2 por ciento) y Extremadura (17,4 por ciento), fueron los territorios que presentan unos niveles de pobreza autonómicos más bajos.
Según las principales conclusiones que se desprenden del informe de la Obra Social de Caixa Catalunya, existe una heterogeneidad considerable en cuanto a cifras macroeconómicas por autonomías, así como grandes diferencias en los ingresos equivalentes de los hogares de las distintas comunidades.
Atendiendo a la severidad de la pobreza, existen diferencias considerables entre las distintas regiones del país. Mientras que Castilla León y Extremadura presentan las tasas más altas (4,7% de la población), La Rioja (con un 0,8%) cuenta con la tasa de pobreza severa más baja de todo el país.
Edades El riesgo de exclusión económica se distribuye de forma desigual a lo largo de la vida. Las situaciones de exclusión económica en nuestro país se concentran en dos etapas vulnerables: infancia y ancianidad, siendo los grupos que presentan las tasas de pobreza moderada más altas (24 y 31% respectivamente).
Las formas de pobreza más intensa (pobreza alta y severa) son mucho más habituales en la infancia. Así, examinando la pobreza severa el Informe de la Obra Social de Caixa Catalunya destaca que las personas que presentan un riesgo más alto de sufrir pobreza son los menores de 16 años (5,4%).
Esta misma tendencia queda de manifiesto si se examina la pobreza alta, donde el grupo de edad con un mayor riesgo de pobreza continúa siendo el formado por los menores de 16 años (10,3%). Las tasas de pobreza severa y alta de las personas mayores de 65 años son mucho más bajas (se sitúan en el 1,9 y 7,5% respectivamente).
La vinculación del hogar con el mercado de trabajo y la composición del hogar son dos de los principales factores que explican los riesgos de pobreza infantil. Así, el riesgo de pobreza moderada de los menores es mucho más elevado en los hogares en que sólo trabaja uno de sus progenitores (34%) que en los hogares en que trabajan los dos (8,6).
Los datos también corroboran la delicada situación económica de los hogares monoparentales, especialmente si la madre no trabaja. El 52% de los niños que viven en un hogar monoparental donde la madre no trabaja son pobres. Cuando la madre trabaja, la tasa de pobreza se reduce al 27%, sólo ligeramente superior al riesgo de pobreza de la población infantil en general.
El Informe también destaca los riesgos de exclusión económica que afrontan los jóvenes en edad de emanciparse. Este riesgo se intensifica debido a los elevados costes de la vivienda a los que deben hacer frente para emanciparse.
El Informe presenta una simulación que calcula las tasas de pobreza de las personas de 26 a 35 años que viven con sus padres si optaran por emanciparse. El resultado de estos análisis revela que, si abandonaran el hogar de sus padres, sus tasas de pobreza se situarían muy por encima de la tasa media de pobreza del conjunto de la población española.
Inmigración Los resultados del estudio evidencian que las condiciones de vida de la población extranjera respecto a la autóctona constituyen uno de los principales riesgos de fractura social.
En este sentido, el porcentaje de pobreza de las personas inmigrantes es sensiblemente superior al de las personas nacidas en España, en todas sus tipologías. Así, si la pobreza moderada alcanza al 17% de los hombres y al 21% de las mujeres nacidas en España.
Entre los nacidos fuera de la UE-25, la tasa de pobreza moderada se sitúa en el 26% y el 24%, respectivamente. Por lo que respecta a las tipologías más intensas de pobreza - alta y severa - la brecha se incrementa aún más.
Así, el 6% de hombres de origen español y el 7% de mujeres sufren pobreza alta; en el caso de las personas nacidas fuera de la UE, la pobreza es el doble (12 y 14%, respectivamente).
Finalmente sufren pobreza severa un 3% de los autóctonos, mientras que entre los nacidos fuera de la UE-25 esta ratio se triplica (10%).
La situación económica es especialmente difícil para las familias de origen inmigrante con menores dependientes. En torno a la mitad de los menores de origen inmigrante viven en situación de pobreza moderada (52%), proporción 2,5 veces superior a los menores pobres de origen español. Entre los menores inmigrantes también son muy elevadas las tasas de pobreza alta (32%) y severa (28%).
Finalmente, el Informe de la Inclusión Social en España 2008, analiza el impacto de los sistemas de protección social de los Estados sobre las situaciones de riesgo social.
Así, el Informe muestra la capacidad de los Estados europeos de reducir la pobreza de dos grupos de edad (menores de 16 años y mayores de 65) a través del esfuerzo público en dos momentos en el tiempo (1999 y 2006).
Los resultados ponen de manifiesto que España es el único país en que, durante este período, empeora simultáneamente la capacidad para reducir la pobreza en los dos grupos de edad, a pesar de que se ha conseguido proteger las generaciones mayores de la posibilidad de experimentar las formas más severas de pobreza.
El sistema público de bienestar en España muestra déficits importantes en la protección social de menores, que explican en buena medida que en nuestro país se registren las tasas de pobreza infantil más altas del entorno europeo próximo (UE-15)
Exclusión laboral El Informe examina diversas formas de exclusión vinculadas a la "baja calidad" del empleo, como son los trabajos de baja remuneración o los empleos sujetos a modalidades de contratación temporal.
Entre los trabajadores asalariados que trabajan a tiempo completo, la incidencia del empleo de baja remuneración es sobre todo muy alta entre los trabajadores de 16 a 25 años (27%) y disminuye drásticamente en etapas más avanzadas del ciclo vital.
Las diferencias según género, nivel educativo y lugar de nacimiento son más reducidas, pero estadísticamente significativas. La proporción de mujeres asalariadas que trabajan a tiempo completo con empleos de baja remuneración (14%) dobla a la de los varones (7%).
Además del empleo de baja remuneración, otro de los factores de exclusión laboral es la temporalidad del empleo. En igualdad de condiciones, las mujeres con contrato temporal tienen salarios un 13% inferior a las que tienen contrato indefinido; en el caso de los hombres, el salario es un 14% inferior.

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