jueves, 18 de febrero de 2010

REGIÓN/ PP y PSOE recuperan el consenso sobre el Trasvase y el agua tras años de peleas


Aprueban por unanimidad, junto a IU, la propuesta para hacer frente al Estatuto manchego en el Congreso
18.02.10 - 00:21 -
MANUEL BUITRAGO CARTAGENA. / La Verdad

Populares y socialistas se enfrascaron ayer en un concurso, bajo los focos del Parlamento regional, para averiguar quién es el campeón en la defensa del Trasvase Tajo-Segura. Empezaron a sacar cadáveres de los armarios para echarse un pulso sobre qué partido ha hecho más por el acueducto. Después de año y medio de tira y afloja, los tres grupos parlamentarios aprobaron por unanimidad la llamada ley murciana en defensa del este trasvase, que se enviará al Congreso de los Diputados como proposición de ley para contrarrestar al Estatuto de Castilla-La Mancha. Técnicamente, la Cámara Baja se hará el harakiri, puesto que tendrá que pronunciarse, y legislar si llega el caso, a favor o en contra del Trasvase habida cuenta de que las propuestas de Murcia y de Castilla-La Mancha son totalmente antagónicas.
Por encima del rifirrafe parlamentario, la Región recuperó ayer la voz única en torno al agua y al acueducto Tajo-Segura, resolviendo años de pelea política. Fue un contrapunto al desencuentro oficiado momentos antes entre Zapatero y Rajoy en el Congreso.
Ni reserva ni caducidad
La ley aprobada «es la buena de verdad» para el portavoz socialista Pedro Saura, aunque cree que llega dichosamente tarde; mientras que el jefe de las filas del PP, Juan Carlos Ruiz, reprochó a Rodríguez Zapatero su silencio por no haber salido en defensa del acueducto con la otra iniciativa parlamentaria aprobada hace tres semanas. El texto ratificado ayer es literalmente el mismo y consiste en una modificación de la Ley del Plan Hidrológico Nacional que blinda el Tajo-Segura, exige compensaciones económicas si se altera su funcionamiento, avala los bancos de agua, reclama el derecho sobre las aguas excedentarias (aspecto que no reconoce el Tribunal Supremo) y exige que en un plazo de seis meses se alumbre un pacto de Estado que prevea nuevos trasvases, sin descartar ninguno, aunque no hace mención expresa del Ebro.
Asimismo, rechaza las reservas indeterminadas de agua, aunque sí acepta que se revisen los caudales trasvasables en función de las necesidades futuras de la cuenca cedente, cuyo carácter preferente queda reconocido.
En términos generales, y salvo un par de puntos, es todo lo contrario a lo que reivindica el Estatuto de Castilla-La Mancha.
El texto aprobado cualifica el pacto del PP-PSOE-IU murcianos porque no sólo habla del Tajo-Segura, sino que aborda la necesidad de un pacto de Estado de agua y de un nuevo PHN, a la vez que apuesta por los trasvases.
Con freno y marcha atrás
Los tres grupos parlamentarios designaron por la tarde a los ponentes que defenderán esta proposición de ley en el Congreso, cuando le llegue el turno. José Antonio Pujante lo hará por Izquierda Unida, Pedro Saura por el PSOE y Juan Carlos Ruiz por el PP. El líder socialista pidió sin éxito que sea Valcárcel quien hable en el Congreso, como hizo Barreda hace año y medio al defender su ley.
¿Y ahora qué? La proposición murciana se pondrá a la cola en el Congreso de los Diputados y es muy probable que le llegue el turno cuando ya esté aprobado el Estatuto de Castilla-La Mancha. Además, la ley en defensa del Trasvase tiene una vida imprecisa. Si el Estatuto castellano manchego respeta el acueducto y no afecta a los intereses de la Región de Murcia, la iniciativa murciana se retirará del Congreso porque ya no tendría sentido, apuntaron ayer Saura y Ruiz. Si no fuera así, tendría que pasar primero el corte de la admisión a trámite y después ser retocada y pulida para que no vaya en contra de lo aprobado en el Estatuto. Es decir, la Cámara Baja no podría aprobar dos leyes que afecten al Trasvase con medidas contrapuestas.
Los tres grupos parlamentarios destacaron la unanimidad alcanzada y el logro de que llegue al Congreso de los Diputados una voz única. Creen que esta iniciativa meterá presión a la hora de negociar un acuerdo en torno al Estatuto. Asimismo, supone una advertencia clara a las direcciones nacionales del PSOE y del PP, ya que los parlamentarios por la circunscripción de Murcia tendrán que ser consecuentes con la ley aprobada en la Asamblea Regional y votar en contra del Estatuto si perjudica los intereses del territorio Segura.
¿Gobernar Rajoy?
En este sentido, Ruiz recordó que la Región de Murcia tiene «un seguro de vida» con los siete diputados murcianos en el Congreso, que votarán en contra de cualquier daño al acueducto. Apuntó que Rajoy se comprometió en Murcia a no cerrar el Trasvase, y espera que Zapatero haga lo mismo. Para pactos secretos, Ruiz denunció el de Barreda con Narbona. «Vamos a deshacer lo que Saura votó en el 2004·, declaró. «Estamos en esta situación por culpa de quienes derogaron el Trasvase del Ebro, que para nosotros sigue siendo irrenunciable». Criticó la doble vara de medir del PSOE al autorizar el minitrasvase del Ebro a varias localidades de Cataluña.
Pedro Saura, por su parte, cree que Mariano Rajoy trata de recuperar el gobierno de Castilla-La Mancha apoyando las peticiones de Cospedal y recalcó que el Gobierno de Rodríguez Zapatero se ha pronunciado a favor de la continuidad del Trasvase.
Las expectativas electorales dieron mucho juego cuando el portavoz José Antonio Pujante, consideró probable que Rajoy desplace a Zapatero y Cospedal a Barreda, planteando que de esa forma Valcárcel tendrá un problema con los trasvases en Toledo y Zaragoza. Se apostó a que Rajoy no hará el Trasvase del Ebro si gobierna.
Un Pleno con más público
A diferencia del Pleno anterior, la Asamblea contó con la presencia de numerosos invitados, entre ellos el presidente del Sindicato Central de Regantes del Trasvase, José Manuel Claver. El presidente Ramón Luis Valcárcel asistió al duelo de espadas entre Ruiz y Saura, que se esforzaron por mostrar alguna originalidad en sus planteamientos, ya que estaba todo dicho. Debido a que el consenso estaba fraguado, se lanzaron reproches sobre los supuestos pactos secretos entre Valcárcel y Cospedal o entre Barreda y Narbona para acabar con el acueducto. Nadie aludió al Plan de Cuenca del Tajo, que será la verdadera Espada de Damocles del Trasvase.
El presidente castellano manchego, José María Barreda, manifestó que «el Estatuto no se decide en Murcia» y que eso «está más claro que el agua».

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