La inversión en bienes de equipo consolida su recuperación y avanza un 3,1% entre octubre y diciembre respecto al tercer trimestre
18.02.10 - 00:19 -
CÉSAR CALVAR MADRID.
El corazón de la economía española vuelve a latir con decisión, pese a la parálisis que atenaza al conjunto de su organismo. El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmó ayer que el país no logró salir de la recesión en 2009, al sufrir el Producto Interior Bruto (PIB) una contracción del 0,1% en el cuarto trimestre respecto del tercero. Pero el análisis detallado de la contabilidad nacional arroja algunos resultados esperanzadores: el consumo y la inversión, motores de la actividad económica, repuntaron por primera vez tras un año de formidables caídas.
La contracción económica dura y dura -con este son ya seis trimestres consecutivos de caídas- pero el Gobierno dispone ahora de nuevos asideros para sostener su tesis de que el país encara la recta final de la recesión. El Ministerio de Economía se aferró ayer a la evolución de la demanda interna privada, variable que incluye el consumo y la formación bruta de capital (inversión), y que según su lectura, «mejoran claramente su comportamiento trimestral» gracias a los estímulos fiscales, los bajos tipos de interés, la recuperación de la confianza, la mejora de las exportaciones y los signos de recuperación en el conjunto de la economía mundial.
La parte más visible de esa mejor evolución es el consumo privado de los hogares, auténtico núcleo de la actividad, que llegó a caer un 2,5% en el primer trimestre de 2009 pero que en el cuarto retornó a tasas positivas con un crecimiento del 0,3%. La inversión en bienes de equipo, un componente fundamental para lograr la ansiada recuperación por tratarse de adquisiciones de artículos que las empresas destinan a mejorar su producción, repuntó un 3,1% que afianza el primer avance del 1,8% registrado en el trimestre anterior. No está mal para una variable que en los primeros meses del año, entre enero y marzo, llegó a caer un 14,2%.
Estas son buenas señales, pero no hay que perder la perspectiva global: el conjunto del consumo final -incluidas las administraciones públicas- cayó un 0,2% y el total de la inversión, que engloba bienes de equipo, construcción y otros productos, retrocedió un 1%. En resumen, un pasito adelante y otro hacia atrás para una economía que muestra signos de querer soltar lastre pero que no acaba de despegar.
Resultado interanual
En términos interanuales, la economía española experimentó en el cuarto trimestre una contracción del 3,1%, nueve décimas menos que en el tercero, cuando la caída alcanzó al 4% del PIB. La actividad cerró el año con un descenso medio del 3,6% respecto del año anterior, coincidente con la previsión oficial anunciada por el Gobierno el pasado mes de junio. La caída es inferior a la contracción media experimentada en los países de la eurozona, que se situó en el 4%, según datos adelantados por la oficina europea de estadística (Eurostat) el pasado viernes.
La contribución negativa de la demanda nacional se redujo en este período un 5,3% interanual, mientras que la demanda externa moderó cuatro décimas su aportación positiva al crecimiento, de 2,6 a 2,2 puntos. No obstante, tanto las exportaciones como las importaciones de bienes y servicios registraron caídas respectivas del 2,9% y del 9,6%. El gasto en consumo final de los hogares redujo un punto y medio su retroceso, que pasó del 5% al 3,5% interanual. Algo parecido ocurrió con la inversión, cuyo hundimiento se desaceleró en más de tres puntos, y pasó del 16% al 12,9%. Una evolución favorable compartida por todos sus componentes, aunque donde más se apreció fue en la demanda de bienes de equipo.
Ramas de actividad
Por ramas de concretas de actividad, todos los sectores ganaron dinamismo salvo la energía, aunque ninguno de ellos consiguió sacudirse los números rojos. La agricultura, ganadería y pesca moderaron su caída tres décimas, hasta el 1,9%; la industria corrigió su descenso en 4,6 puntos porcentuales, y cayó un 19,9%; el valor añadido de la construcción registró un descenso del 5,8% (frente al desplome del 6,8% del trimestre anterior) y los servicios hicieron lo propio en dos décimas, hasta cerrar el trimestre con un recorte del 1,1%.
Tras analizar estos datos, el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, confió en que la economía siga mostrando «mejoras suaves y sostenidas» en el primer trimestre de 2010, y que variables como la inversión, el consumo de los hogares y la aportación del sector exterior consoliden su evolución positiva.
José Manuel Campa dejó claro que el Ejecutivo no espera una recaída de la economía, pese a la inminente aunque progresiva retirada de las medidas públicas de estímulo.
La clave, subrayó el secretario de Estado de Economía, es que ya hay signos de que «los componentes de la actividad privada están tomando el relevo del gasto público en la actividad económica».
18.02.10 - 00:19 -
CÉSAR CALVAR MADRID.
El corazón de la economía española vuelve a latir con decisión, pese a la parálisis que atenaza al conjunto de su organismo. El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmó ayer que el país no logró salir de la recesión en 2009, al sufrir el Producto Interior Bruto (PIB) una contracción del 0,1% en el cuarto trimestre respecto del tercero. Pero el análisis detallado de la contabilidad nacional arroja algunos resultados esperanzadores: el consumo y la inversión, motores de la actividad económica, repuntaron por primera vez tras un año de formidables caídas.
La contracción económica dura y dura -con este son ya seis trimestres consecutivos de caídas- pero el Gobierno dispone ahora de nuevos asideros para sostener su tesis de que el país encara la recta final de la recesión. El Ministerio de Economía se aferró ayer a la evolución de la demanda interna privada, variable que incluye el consumo y la formación bruta de capital (inversión), y que según su lectura, «mejoran claramente su comportamiento trimestral» gracias a los estímulos fiscales, los bajos tipos de interés, la recuperación de la confianza, la mejora de las exportaciones y los signos de recuperación en el conjunto de la economía mundial.
La parte más visible de esa mejor evolución es el consumo privado de los hogares, auténtico núcleo de la actividad, que llegó a caer un 2,5% en el primer trimestre de 2009 pero que en el cuarto retornó a tasas positivas con un crecimiento del 0,3%. La inversión en bienes de equipo, un componente fundamental para lograr la ansiada recuperación por tratarse de adquisiciones de artículos que las empresas destinan a mejorar su producción, repuntó un 3,1% que afianza el primer avance del 1,8% registrado en el trimestre anterior. No está mal para una variable que en los primeros meses del año, entre enero y marzo, llegó a caer un 14,2%.
Estas son buenas señales, pero no hay que perder la perspectiva global: el conjunto del consumo final -incluidas las administraciones públicas- cayó un 0,2% y el total de la inversión, que engloba bienes de equipo, construcción y otros productos, retrocedió un 1%. En resumen, un pasito adelante y otro hacia atrás para una economía que muestra signos de querer soltar lastre pero que no acaba de despegar.
Resultado interanual
En términos interanuales, la economía española experimentó en el cuarto trimestre una contracción del 3,1%, nueve décimas menos que en el tercero, cuando la caída alcanzó al 4% del PIB. La actividad cerró el año con un descenso medio del 3,6% respecto del año anterior, coincidente con la previsión oficial anunciada por el Gobierno el pasado mes de junio. La caída es inferior a la contracción media experimentada en los países de la eurozona, que se situó en el 4%, según datos adelantados por la oficina europea de estadística (Eurostat) el pasado viernes.
La contribución negativa de la demanda nacional se redujo en este período un 5,3% interanual, mientras que la demanda externa moderó cuatro décimas su aportación positiva al crecimiento, de 2,6 a 2,2 puntos. No obstante, tanto las exportaciones como las importaciones de bienes y servicios registraron caídas respectivas del 2,9% y del 9,6%. El gasto en consumo final de los hogares redujo un punto y medio su retroceso, que pasó del 5% al 3,5% interanual. Algo parecido ocurrió con la inversión, cuyo hundimiento se desaceleró en más de tres puntos, y pasó del 16% al 12,9%. Una evolución favorable compartida por todos sus componentes, aunque donde más se apreció fue en la demanda de bienes de equipo.
Ramas de actividad
Por ramas de concretas de actividad, todos los sectores ganaron dinamismo salvo la energía, aunque ninguno de ellos consiguió sacudirse los números rojos. La agricultura, ganadería y pesca moderaron su caída tres décimas, hasta el 1,9%; la industria corrigió su descenso en 4,6 puntos porcentuales, y cayó un 19,9%; el valor añadido de la construcción registró un descenso del 5,8% (frente al desplome del 6,8% del trimestre anterior) y los servicios hicieron lo propio en dos décimas, hasta cerrar el trimestre con un recorte del 1,1%.
Tras analizar estos datos, el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, confió en que la economía siga mostrando «mejoras suaves y sostenidas» en el primer trimestre de 2010, y que variables como la inversión, el consumo de los hogares y la aportación del sector exterior consoliden su evolución positiva.
José Manuel Campa dejó claro que el Ejecutivo no espera una recaída de la economía, pese a la inminente aunque progresiva retirada de las medidas públicas de estímulo.
La clave, subrayó el secretario de Estado de Economía, es que ya hay signos de que «los componentes de la actividad privada están tomando el relevo del gasto público en la actividad económica».
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