domingo, 25 de octubre de 2009

SAN PEDRO DEL PINATAR/ Guerra verde en las dunas


Un grupo de voluntarios limpia el Parque de las Salinas de pitas, una planta mexicana que impide la movilidad natural de la arena, y las sustituye por azucenas e hinojos de mar
25.10.09 -
ALEXIA SALAS SAN PEDRO DEL PINATAR/ La Verdad

Plantar azucenas marinas a pleno sol o destrozarse las manos eliminando unas invasivas pitas en su único día libre, en lugar de gastarlo en un centro comercial, es el regalo que los voluntarios ambientales hacen a los hábitats más sensibles de la Región. Por extensión, el desinteresado obsequio que nos hacen a todos. Gracias de antemano.
Bajo el pertinaz sol de octubre, a unos 30 grados de temperatura, un grupo de voluntarios, dirigidos por el biólogo de ANSE, José Luis Murcia, dedicó la mañana a la dura tarea de arrancar las hojas duras y espinosas de las pitas, cuya masiva reproducción amenaza la variedad vegetal del Parque de las Salinas de San Pedro. Con paciencia y entrega, sudaron la gota gorda para frenar la multiplicación de pitas en el cordón dunar del Parque, ya que esta especie originaria de México acapara la humedad y produce numerosos hijos a su alrededor antes de florecer mediante el esbelto pitón que ocasiona su muerte. «Esta planta contribuye además a fijar el suelo, lo que impide la movilidad natural de las dunas, por lo que resulta dañina para el entorno», afirma el biólogo.
Hasta diciembre, dedicarán las mañanas de los sábados a frenar la invasión de pitas y a repoblar las dunas con especies autóctonas, que facilitan la movilidad dunar y devuelven al hábitat su belleza natural. Son las vistosas azucenas de mar, que en verano y otoño florecen entre las dunas de la playa de La Llana en un asombroso reto de supervivencia, pues estas flores blancas tienen varios enemigos. Los más agresivos, las despiadadas manos humanas, que se las llevan como decoración, y la degradación de la playa de La Llana por la alarmante pérdida de arena que el cambio en las corrientes marinas generó con la construcción de los puertos deportivos. El Ayuntamiento de San Pedro del Pinatar empleó un sonar para localizar la arena perdida entre las olas, y detectó un abundante banco junto a la bocana del puerto. La tortuguitis administrativa ha impedido de momento tanto extraer el banco de arena para devolvérselo a la ya flaca playa, como promover un plan de recuperación de una de las últimas playas vírgenes de Murcia.
«Queremos instalar un cartel que informe de la reforestación y la necesidad de que crezcan estas especies en las dunas para que los visitantes no las arranquen», comenta el biólogo. Los voluntarios plantan, además, hinojos de mar, capaces de resistir los vientos cargados de sal, la maresía, y las salpicaduras de las olas. La Comunidad, que apoya la acción del voluntariado, ha valorado estas acciones desinteresadas como «una herramienta más de gestión». Los viernes por la tarde se ocupan de la captura y anillamiento de especies protegidas en las salinas, como el ruiseñor pechiazul, cuya presencia hace pensar que invernan en el Parque.

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