El Gobierno regional aplaude los planes del Ministerio de Sanidad y confía en que la reforma de la ley entre en vigor el próximo año
J. P. PARRA MURCIA / La Verdad
J. P. PARRA MURCIA / La Verdad
La Comunidad Autónoma aplaude los planes del Gobierno central de prohibir definitivamente el tabaco en bares, restaurantes y otros establecimientos de ocio. La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, anunció la semana pasada que «se plantea» endurecer la ley actual, que permite fumar en los locales menores de 100 metros y obliga a separar zonas de fumadores y no fumadores en el resto de establecimientos de hostelería. Todas las administraciones reconocen que esta distinción ha terminado por diluir los efectos de la norma, de forma que el humo de los cigarrillos sigue presente en una gran cantidad de espacios públicos.
La Consejería de Sanidad está convencida de que la reforma de la ley se llevará a cabo porque «cuenta con la unanimidad de todas las comunidades autónomas», explica Francisco García Ruiz, director general de Salud Pública. «Es un tema que se ha abordado en el Consejo Interterritorial de Salud desde hace más de un año y todos estamos de acuerdo», subraya.
La Consejería consideró desde el primer momento que la distinción de los locales de acuerdo a su superficie generaría problemas a la hora de la aplicación práctica de la norma y sería entendida por muchos hosteleros como una medida injusta y discriminatoria. Por eso, García Ruiz cree que el paso anunciado por Trinidad Jiménez «se debería haber dado hace mucho tiempo». Entre otras cosas, porque el retraso en la toma de esta decisión «ha perjudicado a muchos establecimientos que han hecho reformas para separar zonas de fumadores y no fumadores».
El director de Salud Pública cree que no tiene sentido demorar más la medida, y está convencido de que, si no hay obstáculos, la reforma de la ley podría entrar en vigor a comienzos del próximo año.
Debate abierto
Pero el consenso en el seno del Consejo Interterritorial no significa que el camino esté completamente libre. El debate en la opinión pública no ha hecho más que comenzar, y dentro del sector hostelero empiezan a alzarse las primeras voces de protesta. En todo caso, la voluntad de la ministra parece clara. Trinidad Jiménez explicó que «la prohibición de fumar en espacios públicos se ha extendido prácticamente a todos los países europeos» en los últimos años y a algunos otros como Turquía, que tienen «una tradición de consumo muy alto».
La ministra defiende que el tabaco es «un problema de salud pública», y recuerda que la lucha contra este hábito supone velar «por el buen funcionamiento y el uso racional de los servicios sanitarios». La administración no quiere dar respiro a la nicotina. Junto a las restricciones al consumo, se plantea incluir imágenes impactantes -pulmones destrozados, tumores en carne viva o dentaduras podridas- en las cajetillas de tabaco, algo que ya ocurre en muchos países de nuestro entorno. Todo para tratar de atajar las miles de muertes que cada año se cobra el tabaco y la millonaria sangría que este hábito supone para las maltrechas arcas de la sanidad pública.
La Consejería de Sanidad está convencida de que la reforma de la ley se llevará a cabo porque «cuenta con la unanimidad de todas las comunidades autónomas», explica Francisco García Ruiz, director general de Salud Pública. «Es un tema que se ha abordado en el Consejo Interterritorial de Salud desde hace más de un año y todos estamos de acuerdo», subraya.
La Consejería consideró desde el primer momento que la distinción de los locales de acuerdo a su superficie generaría problemas a la hora de la aplicación práctica de la norma y sería entendida por muchos hosteleros como una medida injusta y discriminatoria. Por eso, García Ruiz cree que el paso anunciado por Trinidad Jiménez «se debería haber dado hace mucho tiempo». Entre otras cosas, porque el retraso en la toma de esta decisión «ha perjudicado a muchos establecimientos que han hecho reformas para separar zonas de fumadores y no fumadores».
El director de Salud Pública cree que no tiene sentido demorar más la medida, y está convencido de que, si no hay obstáculos, la reforma de la ley podría entrar en vigor a comienzos del próximo año.
Debate abierto
Pero el consenso en el seno del Consejo Interterritorial no significa que el camino esté completamente libre. El debate en la opinión pública no ha hecho más que comenzar, y dentro del sector hostelero empiezan a alzarse las primeras voces de protesta. En todo caso, la voluntad de la ministra parece clara. Trinidad Jiménez explicó que «la prohibición de fumar en espacios públicos se ha extendido prácticamente a todos los países europeos» en los últimos años y a algunos otros como Turquía, que tienen «una tradición de consumo muy alto».
La ministra defiende que el tabaco es «un problema de salud pública», y recuerda que la lucha contra este hábito supone velar «por el buen funcionamiento y el uso racional de los servicios sanitarios». La administración no quiere dar respiro a la nicotina. Junto a las restricciones al consumo, se plantea incluir imágenes impactantes -pulmones destrozados, tumores en carne viva o dentaduras podridas- en las cajetillas de tabaco, algo que ya ocurre en muchos países de nuestro entorno. Todo para tratar de atajar las miles de muertes que cada año se cobra el tabaco y la millonaria sangría que este hábito supone para las maltrechas arcas de la sanidad pública.
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