Los helicópteros tardaron dos minutos en llegar hasta los últimos asaltantes, pero la proximidad de la costa frustró su captura
19.11.09 - 00:50 -
MATEO BALÍN MADRID/ La Verdad
19.11.09 - 00:50 -
MATEO BALÍN MADRID/ La Verdad
Nada más bajar los últimos piratas del 'Alakrana', la Armada ejecutó el plan de intervención en el que participaron 567 militares con una prioridad: trazar un perímetro de seguridad en torno al atunero para evitar que fuera recapturado. Los servicios de inteligencia habían informado a las fragatas 'Canarias' y Méndez Núñez', de la posibilidad de que otros piratas asaltaran el pesquero aprovechando el trasiego. De ahí que un helicóptero se cerciorase antes de nada de que los marineros eran libres y, tras hacer la comprobación, otro aparato y tres lanchas persiguieron a los secuestradores.
El jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), teniente general Julio José Rodríguez, explicó ayer los pormenores de la operación junto a la ministra de Defensa, Carme Chacón. Aseguró que una vez que el patrón del 'Alakrana', comunicó a la 'Méndez Nuñez' que no quedaban piratas a bordo se activó el plan. El primer objetivo fue constatar que los 36 marineros estaban «sanos y salvos»; el segundo, perseguir y detener a los piratas.
Dos helicópteros 'Sykorsky SH60B' y tres lanchas rápidas 'Skiffs' salieron de las fragatas con dirección al 'Alakrana'. Dos minutos después de confirmarse que los secuestradores no estaban en el pesquero, uno de los helicópteros «ya estaba en persecución» del esquife con el que escapaban los cinco últimos piratas de los 63 que llegaron a subir al atunero durante la mañana para repartirse el botín.
El JEMAD comentó que el aparato llegó a la altura de la pequeña embarcación pirata y abrió fuego sobre la proa para intentar que se detuviera. Pero nada. A continuación, volvió a ametrallar el motor. Hizo agua. Después ya no hubo más oportunidades «debido a la corta distancia de la playa de Haradere -se encontraba a 1,7 millas, una distancia que los piratas recorrieron en unos cuatro minutos- desembarcaron y se confundieron con la gente que estaba allí».
El jefe militar reconoció que «no hubo tiempo suficiente» para capturarlos y aclaró que, pese a las advertencias de inteligencia, no se produjo ningún intento «de recapturar» el 'Alakrana'. El propio ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, reconoció que no se capturaron a los piratas «por dos minutos», los que transcurrieron desde el aviso del capitán hasta la llegada del helicóptero. La titular de Defensa justificó el uso de la fuerza en virtud de las leyes que rigen la Operación Atalanta, la misión aeronaval contra la piratería.
Detenciones
El hecho de que los secuestradores se dirigieran a la playa una vez satisfechas sus exigencias impedía cualquier persecución o intervención inmediata en tierra. Pero es probable que la inteligencia española que ha negociado el rescate con los clanes de Haradere haya seguido los pasos de los responsables del asalto. Los datos que se pudieran recabar podrían ser utilizados por la Operación Atalanta para su próxima detención.
Esta posibilidad ya fue anotada por la ministra de Medio Ambiente, Rural y Marino, Elena Espinosa, horas después de producirse la liberación. ¿Se perseguirá a los delincuentes?, le cuestionaron. «Por supuesto, -respondió- la misión Atalanta no descarta que se pueda realizar alguna detención relacionada con el 'Alakrana' en cualquier momento».
El JEMAD, por su parte, confirmó que los secuestradores no desembarcaron el 5 de noviembre a ningún marinero a tierra como medida de presión, como habían creído inicialmente los servicios de inteligencias. Una información que fue desmentida minutos después por el Gobierno somalí. El jefe del Estado Mayor comentó otros dos detalles de la crisis: la Armada manejó un plan para asaltar el atunero horas después del secuestro y una unidad de intervención naval se desplazó desde España para apoyar la operación de rescate. Los especialistas saltaron al mar desde un avión Hércules y embarcaron en las fragatas.
El jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), teniente general Julio José Rodríguez, explicó ayer los pormenores de la operación junto a la ministra de Defensa, Carme Chacón. Aseguró que una vez que el patrón del 'Alakrana', comunicó a la 'Méndez Nuñez' que no quedaban piratas a bordo se activó el plan. El primer objetivo fue constatar que los 36 marineros estaban «sanos y salvos»; el segundo, perseguir y detener a los piratas.
Dos helicópteros 'Sykorsky SH60B' y tres lanchas rápidas 'Skiffs' salieron de las fragatas con dirección al 'Alakrana'. Dos minutos después de confirmarse que los secuestradores no estaban en el pesquero, uno de los helicópteros «ya estaba en persecución» del esquife con el que escapaban los cinco últimos piratas de los 63 que llegaron a subir al atunero durante la mañana para repartirse el botín.
El JEMAD comentó que el aparato llegó a la altura de la pequeña embarcación pirata y abrió fuego sobre la proa para intentar que se detuviera. Pero nada. A continuación, volvió a ametrallar el motor. Hizo agua. Después ya no hubo más oportunidades «debido a la corta distancia de la playa de Haradere -se encontraba a 1,7 millas, una distancia que los piratas recorrieron en unos cuatro minutos- desembarcaron y se confundieron con la gente que estaba allí».
El jefe militar reconoció que «no hubo tiempo suficiente» para capturarlos y aclaró que, pese a las advertencias de inteligencia, no se produjo ningún intento «de recapturar» el 'Alakrana'. El propio ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, reconoció que no se capturaron a los piratas «por dos minutos», los que transcurrieron desde el aviso del capitán hasta la llegada del helicóptero. La titular de Defensa justificó el uso de la fuerza en virtud de las leyes que rigen la Operación Atalanta, la misión aeronaval contra la piratería.
Detenciones
El hecho de que los secuestradores se dirigieran a la playa una vez satisfechas sus exigencias impedía cualquier persecución o intervención inmediata en tierra. Pero es probable que la inteligencia española que ha negociado el rescate con los clanes de Haradere haya seguido los pasos de los responsables del asalto. Los datos que se pudieran recabar podrían ser utilizados por la Operación Atalanta para su próxima detención.
Esta posibilidad ya fue anotada por la ministra de Medio Ambiente, Rural y Marino, Elena Espinosa, horas después de producirse la liberación. ¿Se perseguirá a los delincuentes?, le cuestionaron. «Por supuesto, -respondió- la misión Atalanta no descarta que se pueda realizar alguna detención relacionada con el 'Alakrana' en cualquier momento».
El JEMAD, por su parte, confirmó que los secuestradores no desembarcaron el 5 de noviembre a ningún marinero a tierra como medida de presión, como habían creído inicialmente los servicios de inteligencias. Una información que fue desmentida minutos después por el Gobierno somalí. El jefe del Estado Mayor comentó otros dos detalles de la crisis: la Armada manejó un plan para asaltar el atunero horas después del secuestro y una unidad de intervención naval se desplazó desde España para apoyar la operación de rescate. Los especialistas saltaron al mar desde un avión Hércules y embarcaron en las fragatas.
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